¿QUIÉN ES WICHITA?

wichita

Wichita apareció en mi vida por puro azar. En casa de alguien a quien apenas conocía. Recuerdo sentarme en el brazo del sofá y ver aparecer a este animalito, con una cara de ilusión tremenda, saludándome como si ya me quisiera.

-¿Pero tú quién eres?-. Le pregunté.

- Es Chicha.-Me respondió el 'dueño'- Quédatela si quieres. Si no, me la llevaré a un campo.

- ¿Cómo a un campo?.- No hace falta saber mucho de gatos para distinguir un gato que podría sobrevivir al exterior y uno que no. Wichita era claramente de los que no. Sin embargo, acoger a un gato no es una cosa que puedas decidir a la primera. Yo ya convivo con mi gata Isadora. Tenía que pensar.

Me dio un ultimátum: Tienes dos días para decírmelo. Tardé uno. La metió en una caja de cartón con los pocos enseres que tenía: un juguete roñoso, un cepillo, una manta y unas pastillas sin nombre metidas en una bolsita zip. - A veces tose - me dijo- puedes darle una de éstas.-

dos gatos

La casa donde vivimos Isadora y yo tiene 45 metros cuadrados, no hubo espacio para hacer una presentación en condiciones. A Isadora no le gustó nada que le trajera una nueva compañera de piso y sigue sin aceptarla del todo aunque en invierno ambas hagan la excepción de dormir juntas para darse calorcito.

El destino de Wichita no quiso que sea la compañera de Isadora. Pero sí la mía. Nunca antes había convivido con una gata tan dulce, flexible, comprensiva, cariñosa y alegre. Una gata de ésas que te hablan cuando llevas mucho rato sin decir nada. De las que se suben a lo alto de cualquier sitio para rozar tu cara cuando llegas a casa y se quedan preocupadas cuando te vas.

Por algunas de sus reacciones reconozco que a esta gatita le han pegado, tiene mucho miedo a todo lo que suene como un spray y pánico al agua, con lo que seguro la han castigado mojándola con alguna pistola. Poco a poco, con mucho cariño y ganándome su confianza, todos esos miedos se han disipado. Yo la veo contenta.

La vida de Wichita es, sin duda, la vida mejor. Solemos despertarnos juntas, pero ella sólo lo hace para darme besitos porque se queda en la cama un buen rato hasta que yo termino de desayunar y vestirme. Luego tiene un breve momento de actividad, come algo y se hace la primera siesta del día.

A mediodía, cuando empieza a sentir que estoy trasteando en la cocina, ya viene a pedir un bocadito. Aprovecho para darle algo muy rico dentro de su inhalador para que respire un poco de su medicina. Nunca supe qué pastillas eran aquellas que me dio su anterior tutor. Mi veterinario dice que puede ser asma, puede ser alergia.

Después de comer, nos echamos una breve siesta juntas. Este momento es fundamental para nosotras. Wichita necesita decirme que me quiere todos los días. Me tumbo en el sofá y dejo que se me suba encima y me de cabezazos de amor hasta que se cansa.

Las mías son más breves, pero sus siestas duran hasta mínimo las ocho de la tarde. Ahora sí, se despierta súper hambrienta y reclama gritando su ración diaria de comida húmeda.

Por mucho que esconda sus juguetes, siempre los encuentra y ya la oigo que viene gritando de nuevo desde el otro lado de nuestra casita. Jugamos un rato a que lo lanzo y lo recoge hasta que una de las dos se cansa. Vemos un rato una serie y a dormir.

Soy fatal para los aniversarios, pero la primera foto que tengo de ella en casa tiene fecha del 15 de Mayo. Soy feliz de estar contigo un año más, querida Wichita. Gracias por aparecer en mi vida. Feliz aniversario.